Flaminio Molina Vergel nació en San Calixto pero es un referente de la música ocañera, sus composiciones son un viaje a la memoria.
Flaminio es el maestro que lleva las costumbres y tradiciones ocañeras a la música. Sus composiciones lo han puesto como un referente de la cultura de nuestra ciudad.
Nació en el municipio de San Calixto el 16 de febrero de 1945, en este pueblo del Catatumbo se enriqueció con los géneros musicales que hoy con mucho amor interpreta.
Este ilustre cantautor ha llevado a que cuestiones cotidianas como llevar una caja cartón sean sinónimo de orgullo para los ocañeros y que en sus canciones sean relevantes.
Con un lápiz en el bolsillo de su camisa y acompañado de una guitarra, Flaminio Molina nos habla de sus comienzos en la música y de cómo ha creado canciones emblemáticas.
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SUS COMIENZOS
Su interés por las melodías comenzó siendo niño, específicamente en tiempos de diciembre, cuando el sacerdote de San Calixto comenzó a llevar música de cuerda en vez de villancicos.
En las novenas de aguinaldo el pequeño Flaminio escuchó a aquellos cantantes que iban de vereda en vereda llevando la tradicional música andina colombiana.
A la edad de 17 años se dirigió a Ocaña, la ciudad que lo acogió y que luego se convertiría en un referente de nuestra cultura musical con sus composiciones.
Aquí conoció a su amigo Aníbal Álvarez, que tenía junto a su padre un taller de instrumentos musicales y donde tocó por primera vez las cuerdas del tiple.
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LA CONEXIÓN
Su amigo Anibal vio en él un interés muy grande por todo lo relacionado con la música, por eso al verlo en su local lo invitó a que escogiera un instrumento para que lo tocara.
El sancalixtense se decidió por el tiple, ese instrumento de cuerdas colombiano que ha acompañado la música de nuestros antecesores y dejado melodías icónicas.
El maestro Flaminio abrazó el tiple y allí encontró una conexión única, pues las vibraciones de las cuerdas llevaron a que este hombre se enamorara más de la música.
En ese taller de instrumentos nació el primer grupo musical del cual hizo parte Flaminio, conocido como ‘El dueto añoranza’, con quienes fue creciendo en su vida artística.
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INFLUENCIAS
Flaminio Molina Vergel escuchaba radio para llenar su vida de canciones, pues por este medio percibió la música andina colombiana como el bambuco y también las rancheras mexicanas.
Grupo musicales como ‘Garzón y Collazos’ y el dueto ‘Los Tolimenses’ fueron sus influencias no solo en el género musical, sino también en las temáticas de las composiciones.
Pero también conoció por medio de la radio las rancheras, siendo de este género la primera canción que interpretó y que al día de hoy recuerda con mucha nostalgia.
Esa canción que está en la memoría del maestro Flaminio es ‘Mi ranchito’, interpretada por la leyenda de la música mexicana, Vicente Fernández.
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EL LÁPIZ
Este gran músico catatumbero se preparó y trabajó por muchos años como profesor en colegios y escuelas. Pues la pedagogía es otra de las profesiones que lo llena de orgullo.
Y estando como profesor en el colegio La Concentración de Ocaña, Molina Vergel se sintió cohibido y comenzó a plasmar con lápiz y papel todo eso que sentía.
Fue en esa institución educativa donde el maestro Flaminio creó varias de las canciones que hoy son un orgullo y representación de la cultura ocañera.
Esa influencia de la música que acompaña el tiple llevó a que comenzara a plasmar en letras esos sentimientos de nostalgia con la tierra donde creció y se formó.
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OCAÑA Y SUS CANCIONES
Hay canciones que el maestro Flaminio Molina ha compuesto y que muchos ocañeros nos sentimos orgullosos al oír cómo lleva las costumbre de nuestro terruño a una melodía.
Una de esas creaciones es ‘ Cajita de Cartón’, donde manifiesta que la caja es el estuche de los ocañeros perfecto para llevar comidas representativas de nuestro terruño.
Además, en esa composición también se puede notar el interés de este cantautor en evocar todo lo bueno de la ciudad y los grandes personajes que ha tenido Ocaña en su historia.
La riqueza cultural y religiosa como Los Felibres, la virgen de Torcoroma y las sabrosuras gastronómicas como la arepa ocañera, las cocotas y los barbatuscos.
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SU TEMPLO
Flaminio tiene como su estudio para componer la sala de su casa, de una forma bien bohemia, lo acompaña un atril con algunas hojas de papel donde se percibe la dedicación que le tiene a su arte.
Lleva en su bolsillo de la camisa un lápiz, al fondo se puede percibir los libros relacionados con Ocaña que él lee para traer la inspiración con algo que le llame la atención.
Así mismo, todo aquello que escribe necesita una melodía, por eso tiene al lado del mueble donde se siente su instrumento favorito que es el tiple.
Este hombre de 77 años sigue creando canciones para que muchos de sus paisanos no olviden de donde vienen y puedan tener en el futuro varias canciones donde se sientan identificados.