En 1904 surgió un grupo de literatos, periodistas e intelectuales conocidos como ‘Los Felibres’, que marcarían la historia de las letras en Ocaña y la región.
Transcurría el año de 1904 y en Ocaña se comenzaba a forjar una actividad cultural con la creación del periódico literario ‘Espigas’, que daría voz al grupo ‘Los Felibres’.
Este grupo estaba conformado en primera instancia por siete personas, entre los que se encontraban Euquerio Amaya, Enrique Pardo Farelo y Santiago Rizo Rodríguez.
Además, hacían parte de esta cofradía literaria personajes como Diego Jácome, Joaquín Roca Niz, Víctor Manuel Paba y el sacerdote Alfredo Sánchez Fajardo.
Esta asociación de escritores e intelectuales, sufrirían la persecución política y la indiferencia de sus contemporáneos por dar a conocer sus ideas de carácter liberal.
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ORIGEN DEL NOMBRE
El origen del nombre ‘Los Felibres’ se remonta a un movimiento literario que se formó en Francia a mediados del siglo XIX y que se extendería por todo el mundo.
Las obras de literatura de este movimiento llegaron a Ocaña con gran facilidad, puesto que las bibliotecas de la ciudad contaban con los libros de escritores extranjeros.
Esta facilidad de conseguir literatura de origen europeo o norteramericano, se debía a que dichas obras entraban por el río Magdalena y llegaban por su corta conexión a Ocaña.
La influencia de la literatura de los felibres franceses generó que los literatos de la ciudad le pusieran al grupo que conformaron a comienzos del siglo XX como ‘Los Felibres’.
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PUBLICACIONES
Los Felibres darían a conocer sus escritos literarios por medio del periódico ‘Espigas’ y posteriormente sus críticas quedarían plasmadas en el periódico ‘Ideas’.
Este último fue creado por Euquerio Amaya en 1915, con el objetivo de dar a conocer los conceptos críticos que se daban sobre la política de la región.
Dicho movimiento literario que se dio en Ocaña, tenía como característica principal que sus miembros eran liberales desde el punto de vista ideológico y también espiritual.
Cabe señalar que este grupo no solo lo componían ocañeros: también habían integrantes de otras partes de la región, incluso de países como Venezuela y Estados Unidos.
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LOS MÁS REPRESENTATIVOS
Existieron tres nombres que resaltan entre ‘Los Felibres’ por su talento con la pluma y sus aportes a la literatura y cultura de Ocaña y la provincia.
Euquerio Amaya, Enrique Pardo Farelo y Santiago Rizo Rodríguez, son recordados con los seudónimos de Adolfo Milanés, Luis Tablanca y Edmundo Velásquez, respectivamente.
Estos hombres dejaron en el papel frases y escritos que demuestran sus eficiencias con las letras, al punto de ser reconocidos como representantes de la literatura ocañera.
Afirma Raúl Amaya Alvaréz, familiar de Adolfo Milanés, que estos escritores se reunían a charlar sobre literatura en el taller de ebanistería del señor Felipe Molina.
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EDMUNDO VELÁSQUEZ
Santiago Rizo Rodríguez, conocido en el mundo de las letras como Edmundo Velásquez, nació en Nueva York, Estados Unidos, el 22 de mayo de 1881.
Su conexión con Ocaña pasa por sus padres, Francisco Antonio Rizo e Isabell Rodríguez, que nacieron y se criaron en la conocida ‘Villa de los Caro’.
Sus obra literaria más conocida fue un libro de sonetos llamado ‘psiquis’, que publicó en España en 1913, donde toca temas como la espiritualidad.
Además, publicó un libro de poemas titulado ‘Ánforas’, dividido en tres secciones, que fue escrito entre sus viajes a las ciudades de Cúcuta, Ocaña y Bogotá.
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MÁS DE VELÁSQUEZ
Edmundo Velásquez se casó en San José de Costa Rica con Carlota Brenes Argüello, con quien tendría un hijo en ese país, llamado Santiago Rizo Brenes.
En Costa Rica, este poeta y periodista neoyorquino con raíces ocañeras, publicó en 1925 un libro que tituló como ‘Panegíricos de unas manos’.
Por otra parte, su hijo Santiago Rizo Brenes publicó en 2010 en tierras ‘Ticas’ una recopilación de poemas inéditos de su padre, Santiago Rizo Rodríguez.
Se dice además que Edmundo Velásquez fue junto a su esposa, quienes trajeron a la ciudad de Ocaña los primeros árboles de cocota desde el país de Costa Rica, donde se conocen como jocotes.
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ADOLFO MILANÉS
Euquerio Amaya Rojas, conocido con el seudónimo de Adolfo Milanés, fue un escritor, periodista y político ocañero que nació el 17 de febrero de 1882.
Aunque existe muy poco material de sus escritos, se conoce que alcanzó a publicar un libro titulado ‘Curvas y Rectas’ y un libro de crónicas de Ocaña llamado ‘Barrios de la ciudad’.
La escritura de Adolfo Milanés se caracterizó por ser muy profunda y tocar temas como la incertidumbre del ser humano y plasmar sus fervientes ideas liberales.
Así mismo, se desempeñó en diferentes cargos públicos, como diputado a la Asamblea de Norte de Santander y como juez promiscuo de la ciudad de Ocaña.
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‘UN HEREJE’
Adolfo Milanés fue también excomulgado por la iglesia católica de la época, por profesar públicamente sus pensamientos ateos y nihilistas, según su nieto Raúl Amaya Alvaréz.
Este ilustre escritor ocañero se suicidó en su casa en el barrio que lleva su nombre el 21 de febrero de 1931.
Luego de su fallecimiento, el doctor Alejo Amaya Villamil publicó en 1932 una recopilación de poemas y crónicas que habían sido escogidas por Milanés.
Se dice que 48 horas antes de suicidarse, Adolfo Milanés escribió un poema titulado ‘Neurosis’, el cual lo acompañó con una nota.
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LUIS TABLANCA
Enrique Pardo Farelo, conocido como Luis Tablanca, fue un escritor y periodista nacido en el municipio de El Carmen, Norte de Santander, el 11 de diciembre de 1883.
Luis Tablanca fue el único de ‘Los Felibres’ que alcanzó a publicar dos novelas, conocidas como ‘Tierra encantada’ y ‘Una derrota sin batalla’.
Además, fue alcalde y personero de su municipio de origen, diputado a la asamblea de Norte de Santander por dos legislaturas y secretario de Hacienda del departamento.
En 1910 se radicó en Bogotá, convirtiéndose en crítico literario de los periódicos El Tiempo, El Espectador y de la revista Cromos, de la cual fue cofundador.
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