El libro del escritor ocañero que enciende el amor por la poesía

El ocañero Jorge Eduardo Carreño Casadiego, publicará su primer libro de poesía titulado ‘El mal de los ardientes’, reviviendo las raíces poéticas de nuestra ciudad.

Jorge Eduardo Carreño Casadiego, consolida un sueño que comenzó cuando era un niño en el barrio La Costa, donde empezó a escribir sus primeros versos. 

Con 27 años, este profesional en estudios literarios de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, da a conocer el trabajo de ochos años con esta creación literaria.   

Lo que fue en primera instancia su tesis de pregrado, se convirtió al día de hoy en su primer libro, compuesto por 45 poemas, editado y publicado por Ediciones Exilio. 

El libro que será publicado a principios del mes de diciembre de 2020, abordará tres temáticas principales: el erotismo, la condición humana y la muerte.

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‘EL MAL DE LOS ARDIENTES’

La obra de Jorge Carreño titulada como ‘El mal de los ardientes’, hace una alegoría entre el devenir humano y una enfermedad conocida como ergotismo. 

Esta enfermedad es producto de ingerir granos contaminados, generando en las personas un intenso fuego en su interior. Le hace creer a las personas que se están quemando. 

El ergotismo fue una enfermedad que sacudió a Europa en la edad media, afectando a los más pobres, ya que los granos contaminados crecían en sus tierras estériles. 

Para Carreño, esta enfermedad es una representación simbólica del ser humano, puesto que entre el ergotismo y la vida, el sufrimiento y el misticismo hacen parte de ellos. 

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ACERCAMIENTO A LA PALABRA

Los primeros acercamientos con la escritura de Jorge Carreño se remontan a la edad de nueve o diez años, cuando se robó un diccionario de la biblioteca de un tío.

Este hecho que sucedió en la casa de su abuela, lo marcó para siempre. Dado que en cada palabra que conocía, sentía que estaba redescubriendo el mundo. 

Además, le resultaba impresionante cómo cada una de las palabras eran capaz de enunciar un universo, pues cada una era poseedora de una belleza inconmensurable. 

Fue este suceso, donde Jorge encontró en las palabras la semilla de la belleza, produciendo en él sus primeros contactos con este género literario, conocido como poesía.  

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POESÍA

Sus primeros libros que alimentaron esta fascinación por la poesía, llegaron por un encargo de este ocañero a su madre, Elizabeth Casadiego Ortega.

Su progenitora le compró dos libros en la ciudad de Bucaramanga. ‘Ficciones’ del argentino Jorge Luis Borges y ‘Rimas y Leyendas’ del español Gustavo Adolfo Bécquer. 

Aunque por su corta edad no entendía de lleno aquellas lecturas, pensaba en cómo cada palabra se configuraba y formaba esas curiosas melodías, que lo llenaban de gozo.

Por ende, para este bachiller del colegio Francisco Fernández de Contreras, sus escritos son ‘un colchón de retazos, la suma de nuestras lecturas’.

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INFLUENCIAS

‘Creo que nuestra voz es un compendio de voces, de las voces de nuestros maestros’, afirma Jorge Carreño Casadiego al referirse a sus influencias literarias. 

Para este literato, su poeta tutelar es el pamplonés Jorge Gaitán Durán, considerando que sus escritos han influido significativamente en su forma de escribir.

Mientras que Jorge Gaitán Durán ha nutrido su visión del erotismo, el escritor peruano César Vallejo le ha enseñado a desnudar la condición humana. 

También se encuentra como influencias centrales en sus creaciones, escritores como Héctor Rojas Herazo, Rafael Cadenas, Hugo Mujica y Roberto Juarroz.

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GENEALOGÍA POÉTICA

El aporte de Ocaña en la escritura de Jorge Carreño no se ve tan reflejado en lugares y hechos, sino que lo acompaña versos y pasajes de escritores ocañeros.

‘La villa de los Caro’ es recordada a nivel nacional por ser cuna de grandes escritores, por lo cual Jorge recuerda a esa familia poética de nuestra ciudad.  

Jorge Pacheco Quintero, Adolfo Milanés, Luis Tablanca, Eligio Álvarez Niño, Astolfo Castilla y José Ropero, hacen parte innegable de su genealogía poética. 

Es un orgullo para Ocaña y la región que libros como ‘El mal de los ardientes’ enciendan el amor por la poesía, que recorre las calles y la historia de la ciudad. 

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