El primer cementerio público que existió en la ciudad estaba ubicado en la montaña conocida como cerro de las ovejas, cerca al complejo histórico de San Francisco.
Actualmente el barrio se llama 12 de octubre, pues en esa fecha se dio apertura a la primera escuela que se hacía en este sector emblemático del municipio.

Pero los habitantes de la villa de los Caro recuerdan a este lugar como el cerro de los muertos, pues allí estuvieron y están los primeros ocañeros fallecidos.
“Cuando era niño jugábamos con las cabezas de los cadáveres que encontraban nuestros papás al ir construyendo sus casas”, comenta el señor Jorge Santiago Sepúlveda.
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HISTORIA
El historiador Luis Eduardo Páez García, manifiesta que el archivos históricos reposa una crónica del poeta ocañero Adolfo Milanés donde habla del cerro de los muertos.
En ese escrito, Milanés afirma que el primer cementerio público que existió en el municipio estaba ubicado en el hoy conocido barrio 12 de octubre.

La escogencia de este lugar para enterrar a los seres queridos, tenía que ver con la lejanía de la montaña y donde podían descansar en paz.
“En la época de la colonia los muertos los enterraban en las iglesias y solo tenían este privilegio las familias adineradas”, comenta Luis Eduardo Páez.
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NUEVO CEMENTERIO
La comunidad que no tenía la posibilidad de pagar el entierro en una iglesia de la ciudad, comenzó a buscar un lugar donde dejar los cuerpos de sus seres más amados.
Es así, como el conocido cerro de las ovejas se convirtió en el cerro de los muertos por un gran tiempo, hasta que unos médicos propusieron establecer el cementerio en otro lugar.

Según cuenta el historiador, unos doctores ocañeros justificaban que las enfermedades como la fiebre amarilla venían de las brisas que nacían en el antiguo cementerio.
Por ende, propusieron que el campo santo quedara en otro lugar y es así, como se construye el cementerio central de Ocaña, ubicado pasos abajo del parque central.
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CABEZAS COMO BALONES
Jorge Emiro Santiago Sepulveda es uno de los habitantes más antiguos del barrio 12 octubre, nació, creció y vive en el lugar donde jugó con las cabezas de cadáveres.
‘Coke’, como es conocido, comenta que cuando eran niños no habían balones para jugar al fútbol, por lo cual, escogieron las cabezas de los muertos como pelota para divertirse.
Esta parte del cuerpo humano las encontraban cuando sus padres comenzaban a construir sus casas encima de las tumbas donde yacían varios esqueletos.
Al volverse mayores, Jorge comenzó a conocer que esos huesos estaban por ahí porque su querido barrio fue en el pasado el primer cementerio de la ciudad.