Aproximadamente hace 78 años, los ocañeros han tenido el privilegio de poseer una fruta atípica de la región y el país.
Llegar a la tierra de los Wichos, es encontrarse con las maravillas gastronómicas que ella ofrece; ¿qué dijitis? ¿que te ibas a escapar de degustar lo que más te encanta en Ocaña?
La ciudad se ha caracterizado por poseer historias y supersticiones que retumban las calles, identificando la cultura ocañera en todo lugar, pero ¿has probado su fruta típica?
¡Pues bien! la famosa cocota característica por su sabor agridulce, es una fruta apetecida no solo de los ocañeros, también de la región y el país.
Esta se da principalmente en el mes de agosto, señalado como uno de los meses más esperados para degustar esta insignia, acompañada de un buen día de cometas.
LEER: Ventiladores ‘Made in Medellín’ tienen el sello de genio ocañero
¿CÓMO LLEGÓ A OCAÑA?
Su llegada a Ocaña, se debe al escritor y poeta Santiago Rizo Rodríguez, gracias al traslado de tres árboles desde Costa Rica, en una travesía por el río Magdalena.
Este se casa con la costarricense Carlota Bernes Arguello quien trajo desde San José de Costa Rica el fruto denominado cientificamente como Spondias purpurea.
Probablemente esta fascinante fruta, llegó en el año 1942, hace aproximadamente 78 años, de la cual sus antiguos árboles siguen vigentes a la espera de una nueva cosecha.
En Ocaña se le conoce como cocota, en Centroamérica se le conoce como jocote, obo o xocote, y tanto para ellos como para los ocañeros, es de suma importancia su cuidado y permanencia.
LEER: ‘Gurú’ del periodismo culinario exaltó la comida Ocañera
LOS SOLARES OCAÑEROS
Los solares hacen parte de la niñez de cada generación, y los palos de cocoto también; los jóvenes se trepan de manera agalluda para poder atrapar a la más apetecidas de las cocotas.
Las casas más antiguas y generalmente situadas cerca de los ríos o quebradas, son las más comunes para encontrar esta deliciosa fruta.
El árbol crece hasta ocho metros de altura, es multifuncional y utilizada en el área medicinal, sobretodo como antiséptico, usos terapéuticos y preventivos para enfermedades venéreas.
Además, su inigualable transición de verde a madura, la hace selectiva para los encantos de esta maravillosa de fruta, agregándole una pizca de sal, que armoniza los momentos.
¡Vení a Ocaña en agosto y antójate del sabor que te da la cocota!