Así lamenta Colombia la muerte del médico que curaba pacientes con su cariño

El fallecimiento del médico ocañero Roberto José Claro Jure se volvió noticia nacional, puesto que es recordado por colegas, familiares y pacientes por su estoicismo. 

En la madrugada de este martes 18 agosto, dejó de existir en la ciudad de Bucaramanga nuestro paisano Roberto Claro Jure, luego de luchar contra el coronavirus. 

Este héroe de la salud dedicó más de 30 años a salvar vidas, poniéndole el pecho a este virus, desde su querido hospital Erasmo Meoz de la ciudad Cúcuta -Huem-.

El médico Claro Jure es el primer galeno que muere por COVID-19 en Norte de Santander.

Su muerte generó que los medios más importantes del país hablarán de su profesionalismo, dándole el título de ser el médico más reconocido de Cúcuta. 

Para muchos colegas Roberto era el ‘mejor médico del mundo’, conocido por los pasillos del ‘Erasmo’ como ‘El Profe’ o Robert, como le decían de cariño. 

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NOTICIA MEDIÁTICA

Medios de comunicación como RCN y Caracol Tv, cubrieron este hecho que enluta no solo a familiares, sino a Cúcuta y Ocaña, donde dejó un sinnúmero de recuerdos felices. 

En cada nota periodística donde se daba a conocer el fallecimiento del querido galeno ocañero, resplandecían las palabras de agradecimiento, cariño y amor. 

Cuentan pacientes que fueron atendidos por Claro Jure, que el oriundo de la ‘ciudad de los Caro’ era un ángel con sus enfermos y que su cura más allá de la medicina, era su cariño. 

Así mismo, familiares y amigos dejaron ver por medio de sus redes sociales la otras facetas del doctor, era un enamorado de la música vallenata.

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ANÉCDOTAS  

En el libro ‘Hotel de Dios. Memoria del Hospital San Juan de Dios de Cúcuta’, se cuenta una anécdota que le costó su puesto en un hospital de la capital de Norte de Santander. 

Dice el relato, que un ayudante de necropsia le dijo a Roberto que se iba a descansar a la morgue. Pero siendo las 9:30 de la noche, sucedió algo peculiar. 

El profesional de la salud falleció en la madrugada de este martes 18 de agosto.

Unos familiares llegaron a buscar a un allegado, que lo daban por muerto. El ocañero los acompañó a la morgue para comprobar si su familiar había fallecido. 

Comenzaron alzando la sabana de cada camilla, al revisar la última, se encontraron con el auxiliar de necropsia, que al ver a los visitantes abrió los ojos y dijo: “¡Buenas!”. 

Este hecho asustó a las personas que acompañaban al médico, generando diferentes reacciones, unos salieron corriendo y otros se desmayaron al momento.

Es un orgullo saber que este valiente hombre dejó el nombre de Ocaña en alto, nuestras condolencias para sus familiares y amigos. Paz en su tumba.

ESTOS ALGUNOS DE LOS REPORTES:

 

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