Noé, se trasladó hacía Puerto Gamarra a los 13 años junto con su madre Venancia León, donde comenzaría una travesía por diferentes pueblos de la costa Atlántica colombiana.
En el año 1930 finalmente decide radicarse en la ciudad de Barranquilla, donde se dedicaría a diferentes oficios como guarda de rentas, agente de policía y cacharrero.
Además, León vendía sus pinturas puerta a puerta, donde plasmaba aspectos de la vida cotidiana en Barranquilla como el carnaval y el río.
Pero fue a sus 50 años cuando un grupo de intelectuales en la ‘arenosa’ descubrieron su arte y el gran talento que tenía en sus manos este ocañero.
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ARTE PRIMITIVISTA
En el año 1959 conoció al crítico de arte José Gómez Sicre y al artista Alejandro Obregón, quienes lo invitaron a presentar sus obras a los intelectuales de Barranquilla.
Finalmente Noé termina logrando el reconocimiento internacional, iniciando sus exposiciones en la galería El Callejón de Bogotá.
Las pinturas de este artista ocañero hoy en día se exponen en museos y galerías de Colombia, EEUU y Europa.
A pesar de su fama y de ser el máximo representante del arte primitivista de Colombia, Noé León murió en el barranquilla el 4 de noviembre de 1978 en la pobreza.
