Carmen Antonia Arévalo, más conocida como ‘Toña’, de 74 años de edad y oriunda de la Playa de Belén, es una mujer que se ha ganado el corazón de los estudiantes.
A sus 13 años llegó a Ocaña junto con su familia, en busca de una nueva vida, sin embargo, hoy en día tiene más de 40 años viviendo en el municipio.
Se enamora y empieza a luchar la vida al lado de su esposo, con quien tiene dos hijos, y al que hoy en día le agradece los mejores momentos de su vida.
Para sacar a su familia adelante, optó por una pequeña caseta de productos de tienda, en el Seminario vía a la universidad Francisco de Paula Santander, Ocaña -Ufpso-.
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UN CAFETAL
‘Toña’ vio crecer a la universidad, ya que fue una de las primeras trabajadoras junto con su esposo, los que recogían café en la zona de la institución.
La Ufpso era antiguamente una pequeña granja, compuesta por un cafetal, con obreros que trabajaban a sol y sombra, día y noche para sus sustentos diarios.
La vía completamente de tierra, sin casas por construir, luego de un tiempo ‘Toña’ se posiciona en un lote, arma su vivienda y de allí los gratos recuerdos de su travesía.
Uno de esos recuerdos que aún siguen latentes, es la alegría y el cariño que los estudiantes y egresados de la zona educativa, le tienen y le expresan.
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CARIÑO UNIVERSITARIO
Los estudiantes cada vez que pasan por la vía, le gritan a ‘Toña’, la recuerdan y la visitan cada vez que pueden.
En compañía de buena música y disfrutando el momento, echan cuentos, se ríen, cantan y algunas veces lloran.
Un lugar lleno de vivencias, que quizás para algunos no vuelvan, pero para otros permanecerá intacto con sus frecuencias.
Durante la pandemia, ‘Toña’ cerró por dos años, pero cuando la situación se normalizó, sus primeras visitas fueron de los universitarios.
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