El Bloque Catatumbo ingresó al Catatumbo en mayo de 1999 bajo las órdenes de Salvatore Mancuso.
Su incursión fue anunciada por el mismo Carlos Castaño en una entrevista para periódico El Tiempo: «este año (1999) va a haber una fuerte confrontación en el ELN. Nuestras tropas están avanzando en este momento hacia el norte, en Santander (…)». A pesar de lo público de la manifestación, ni el Ejército ni la Policía ni ninguna autoridad en la zona realizaron algún tipo de acción para proteger a la población civil, cuenta el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Los paramilitares enviados permanecían en la zona de Tierralta y fueron cerca de 220. Mancuso cuenta que tres altos militares apoyaron la incursión: Mario Fernando Roa, comandante de la Segunda División del Ejército, Alberto Bravo Silva de la Quinta Brigada y José Miguel Narvaez.
Un exintegrante del Bloque Catatumbo, Giovanny Velásquez, quien es testigo recurrente de procesos judiciales, una vez preguntaba en un programa de televisión: «¿Cómo es posible que [en] un helicóptero que presta Ecopetrol para que transporte militares (…), se haya montado un paramilitar como Mancuso?».
La primera incursión fue en 1999 y entró por Ocaña, pasó por Abrego, Sardinata, Tibú y el Tarra. Las personas asesinadas en masacres en el Catatumbo de 1999 a 2005, fueron de 599. De ellas, 403 por los paramilitares y 142 por las guerrillas. Ocaña era el centro de servicios de los paramilitares, para comprar víveres, ir al médico, y la mayoría de los muertos eran jóvenes menores de 30 años, miembros de la comunidad LGBTI y prostitutas.
Cuenta Juancho Prada que le pagaban 3 millones de pesos mensuales al comandante de la Policía de Ocaña y los puntos donde más asesinaban gente que llevaban de otras zonas del municipio era Agua de la Virgen, Venadillo, el Rodeo y las vías al aeropuerto y Pueblo Nuevo, donde tenían una base permanente.
Las victimas de violencia sexual de grupos paramilitares de 1980 a 2015, ascendió a 22 en Ocaña, 42 en San Calixto, 59 en Teorama, 88 en Tibú y puedo seguir, pero claramente no todos los casos se reportan.
Aunque Mancuso ha hablado mucho sobre los paramilitares en el Catatumbo queda todo por decir, pues alias El Iguano afirmaba que los empresarios, ganaderos, arroceros, comerciantes y la fuerza pública fueron los que consolidaron la presencia y apoyo a las AUC.