Francisco Calixto Angarita, fue el sacerdote oriundo de Ocaña que bautizó a quien se convertiría muchos años después en el único premio Nobel de Literatura y el representante más importante de las letras en nuestra nación.
Hoy seis de marzo se celebran lo 93 años del natalicio de Gabriel García Márquez en el municipio de Aracataca, departamento de Magdalena.
Sin embargo, lo que nos atrae a este artículo como ocañeros es que fue un sacerdote oriundo de la ‘ciudad de los Caro’ quien bautizó a ‘Gabo’.
El cura que además se destacó por ser un excelente escritor, periodista y orador, nació en Ocaña el 14 de octubre de 1883 y falleció el 13 de septiembre de 1964.
La historia de Colombia no solo lo recuerda por haber bautizado al nobel sino también porque fue uno de los denunciantes de la masacre de las bananeras.
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EL BAUTIZO DEL NOBEL
El 27 de julio de 1930, cuando ‘Gabo’ apenas tenía tres años, cuatro meses con 21 días de nacido fue llevado a la parroquia de San José en Aracataca para ser bautizado.
Para ese entonces, el padre Francisco Angarita figuraba como sacerdote de esa congregación. Había servido en La Playa de Belén, Ocaña y Cota – Cundinamarca.
Ese día, el sacerdote ocañero bautizó al pequeño Gabriel en compañía de sus padrinos Juan de Dios Márquez y Francisca Cimodosea Mejía.
Según las palabras del mismo ‘Gabo’, el recuerdo acerca de su madre Luisa Santiaga lo tuvo presente a partir de ese día, cuando fue bautizado por un ocañero.
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TESTIGO DE LA MASACRE
El sacerdote Francisco Calixto fue el encargado de recopilar información de los trabajadores de la entonces United Fruit Company, multinacional bananera.
Cuentan los relatos históricos que el padre ocañero fue uno de los que denunció la masacre de las bananeras, información base para los históricos debates parlamentarios de Jorge Eliecer Gaitán.
Los informes como testigo ocular de la masacre ocurrida en Ciénaga, Magdalena por parte del sacerdote Angarita fueron los ejes centrales para ‘Gabo’ en su obra ‘Cien años de Soledad’.
En 1962, ya retirado el cura Francisco fue exaltado en vida en el hotel Timaná por un grupo de liberales de la región, Dos años después falleció en su casa paterna en el barrio San Francisco.