Los ocañeros María Alejandra Peñalosa Velásquez y Carlos Mario Peñalosa Velásquez son los estudiantes de Ingenieria Ambiental que llevaron a cabo un interesante proyecto como su trabajo de grado en la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña.
Hoy es motivo de orgullos para Ocaña el trabajo realizado por los hermanos Peñalosa Velásquez en su tesis para obtener el título de ingenieros ambientales.
Estos jóvenes que vieron la necesidad en la región con el uso excesivo que se les da a los cuerpos hídricos, fueron motivados a ejecutar la investigación.
Otra de las razones presentadas para poner en práctica el trabajo de los ingenieros ambientales en potencia, fue ayudar a preservar el preciado líquido en nuestro territorio.
Por tal motivo, es una de las alternativas para generar agua aprovechando un fenómeno meteorológico tan visto en esta zona como es la niebla o neblina.
LEER: María José Plata Jácome, una reina inteligente, hermosa y social
¿EN QUÉ CONSISTE?
La disyuntiva consiste en implementar unas estructuras llamadas ‘Atrapa Nieblas’, que consta de dos guaduas y un polisombra que albergue un 35% de sombra.
Esto con el fin de que el rachel o polisombra permita el paso de la radiación solar, que estará acompañada de un tubo de PVC, que hará las veces de canalete.
Dicha estructura convencional, estaría acompañada de unas estaciones meteorológicas, que ayudarán a que el mecanismo funcione sin ningún inconveniente.
El trabajo de campo tuvo su prueba piloto en zonas estratégicas de la ciudad, tales como como Pueblo Nuevo, la sede Algodonal de la Universidad y Aguas Claras.
LEER: Hijo de ‘abreguense’ ya integra las filas de Atlético Nacional
PROPUESTAS
Los resultados en las pruebas de campo realizadas fueron exitosos, pues su creación casera recopiló en unas de las evaluaciones empíricas, 65 litros de agua.
Eso produjo que muchas personas y entidades pensaran en llevar la idea a escalas industriales, ya que tendrían una recolección de hasta 620 litros de agua diario.
Su implementación beneficiaría más que todo al campesinados de la región, ya que tendrían en sus casas una herramienta que supliría las necesidades de agua para sus cultivos.
Corponor e ingenieros de la capital del país ya han puesto sus ojos en el trabajo de estos hermanos ocañeros, que tendrán su título profesional en el mes de abril.
LEER: ‘El Mono’ y su carreta abarrotada de conocimiento
AMAN LA NATURALEZA
Crecieron en el barrio San Agustín de Ocaña en compañía de sus amados padres, Carlos Mario Peñalosa Carrascal y Alexandra Velásquez Franco.
Aunque María y Mario no tenían en mente estudiar la carrera de ingeniería ambiental, por razones económicas, se han enamorado de esta rama del saber.
Su amor hacía la naturaleza los llevó por este camino que el día de hoy trae a la ciudad una idea que ayudará a mitigar el daño ambiental generado por años en la región.
Por eso, sueñan con seguir estudiando en pro de mitigar el cambio climático y ejercer su profesión direccionando la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
LEER: Cristian Molina Pacheco, de trabajar en el campo a brillar en el fútbol colombiano