Los habitantes de Ocaña enfrentan una grave crisis hídrica que obliga a racionar el suministro de agua potable en varios sectores de la ciudad. Esta situación responde a la contaminación y disminución de los caudales de los ríos Algodonal y Tejo, principales fuentes de abastecimiento para la región.
El desabastecimiento hídrico en Ocaña se debe principalmente a la reducción del flujo de agua en los ríos Algodonal y Tejo, afectados por contaminación y el agotamiento de sus cuencas. Esta problemática ambiental se ha intensificado en los últimos años, afectando tanto el consumo doméstico como las actividades económicas.
El racionamiento implementado busca administrar el limitado recurso y garantizar el acceso básico a la población, pero ha generado inconvenientes en hogares y comercios. Este escenario es particularmente crítico en temporadas de sequía, cuando la oferta de agua disminuye drásticamente.
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Impacto económico
El sector agrícola y ganadero de Ocaña ha sido uno de los más afectados por la crisis hídrica. Según registros de 2015, una temporada de sequía severa impidió la siembra en cerca de 15.000 hectáreas, mientras que la producción lechera cayó en un 35%, generando pérdidas económicas estimadas en 60.000 millones de pesos.
Este impacto repercute en la economía local y en la seguridad alimentaria, evidenciando la vulnerabilidad de la región ante la irregularidad en el suministro de agua. La ganadería y agricultura, pilares fundamentales de la zona, requieren medidas urgentes para enfrentar estas fluctuaciones.
Especialistas y autoridades locales destacan la importancia de implementar estrategias que aseguren el acceso al agua durante periodos críticos. Entre las alternativas propuestas están el mejor manejo y conservación de las cuencas, la gestión eficiente del recurso y el desarrollo de fuentes complementarias.
Organismos ambientales y medios como El Tiempo han señalado que la escasez hídrica en Ocaña es un reflejo de un problema mayor que afecta a varias regiones del país. La creciente demanda y el cambio climático demandan respuestas integrales que combinen protección ambiental y desarrollo sostenible para proteger este recurso vital.
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